
EL TEXTO
Concepto, tipología, características.
Concepto
El Texto es un conjunto de elementos lingüísticos (palabras, oraciones), organizados según reglas estrictas de construcción, con sentido completo y una función comunicativa identificable. Cada texto es único, irreductible a los demás; por ejemplo, una carta. La emisión concreta de un texto, por un enunciador determinado, en una situación de comunicación determinada se llama discurso. El texto es una configuración lingüística, la estructura formal, gramatical, de un discurso. Texto y discurso están interrelacionados: no puede haber discurso sin un texto del discurso; el texto funciona como discurso en una situación determinada.
Tipología
Resulta extremadamente difícil establecer una tipología exhaustiva y coherente de todos los textos. Las dificultades son, por lo menos, de cuatro órdenes:
• La diversidad de los textos/discursos es extremadamente grande. Pueden ir desde conversaciones ocasionales hasta una novela, pasando por una canción, un graffiti, un recado escrito, un boleto de autobús, etc.
• Sus dimensiones son absolutamente desiguales: Pueden ir desde textos de una palabra, como en el cartel “PELIGRO”, hasta una novela de varios tomos, como “En busca del tiempo perdido”, de Proust.
• Los criterios de clasificación son tan variados que se hace casi imposible obtener una clasificación unitaria.
• Por última, se encuentra en los textos una inevitable heterogeneidad constitutiva. En una narración puede haber descripciones; en una argumentación puede encontrarse un pasaje narrativo; un texto informativo puede tener una finalidad argumentativa.
Diversos criterios de clasificación
Los diversos criterios de clasificación utilizan, en general, tres criterios fundamentales: un criterio socio-cultural, un criterio funcional y un criterio estructural.
• Un criterio socio-cultural, permite distinguir tipos de textos que son producto de prácticas discursivas de una sociedad: por ejemplo, las réplicas de un diálogo cotidiano, una carta, una orden militar, un decreto, las declaraciones públicas, las manifestaciones científicas, así como todos los géneros literarios.
• Un criterio funcional permite caracterizar los textos como discursos, según la función que éstos cumplen en la comunicación. Es decir, según la relación que el signo comunicante establece con su interlocutor, en términos de su proyecto de habla.
a) Textos/discursos informativos (o referenciales) que tienen por función informar de algo al interlocutor. Por ejemplo, un informe del tiempo, el acta de una reunión, etc.
b) Textos/discursos explicativos (expositivos) que tienen por función explicar algo al interlocutor. Por ejemplo, un capítulo de un manual escolar de ciencias naturales.
c) Textos/discursos incitativos (directos, instructivos, programáticos), que tienen por función incitar al interlocutor a hacer algo. Por ejemplo, las instrucciones para armar, un panfleto político, etc.
d) Textos/discursos expresivos, que tienen por función permitir la expresión de la subjetividad del comunicante. Por ejemplo, una carta de amor, un diario de vida.
• Un criterio estructural (o construccional), por último, permite caracterizar los textos según el modo de organización dominante. Se distinguen fundamentalmente tres “modos de organización del discurso”:
a) narrativo
b) argumentativo
c) descriptivo
Estos tres modos básicos de organización se combinan en grados diversos para la construcción de textos. En efecto, en todo texto se podrá encontrar secuencias narrativas, secuencias descriptivas y secuencias argumentativas. Pero, en la medida en que uno de estos modos de organización es dominante y le da su carácter al texto, podemos hablar de textos narrativos, textos argumentativos y textos descriptivos:
a) El texto narrativo pone en escena secuencias de acciones, que se desarrollan cronológicamente, según un esquema que comprende, en lo esencial.
b) El texto argumentativo pone en escena procesos mentales que instalan relaciones entre los hechos denotados, según un esquema que comprende, en lo esencial, una tesis u opinión y una serie de argumentos que la apoyan.
c) El texto descriptivo pone en escena procesos aspectuales, de caracterización de actantes (sujetos que participan en la acción), de lugares o de procesos, según un esquema básico que comprende, en lo esencial: un tema, sus partes constitutivas y sus propiedades.
Características
Los textos poseen dos características fundamentales. En primer término, poseen un tema básico y sus partes responden a una organización. Esta propiedad se denomina coherencia y es atribuida a los textos por los participantes en el proceso comunicativo. Un texto es coherente si somos capaces de encontrarle sentido y asignarles una organización a sus partes. Por ello, la coherencia es, ante todo, un fenómeno mental. Si en nuestra mente puedo organizar la información del texto, entonces es coherente.
Una segunda característica de los textos expositivos es que en ellos existen procedimientos lingüísticos formales, como el empleo de conectores o el uso de pronombres, los que facilitan el reconocimiento de la coherencia. Esta segunda propiedad, que llamamos cohesión, corresponde a un fenómeno lingüístico. Si un texto presenta procedimientos formales que encadenan sus oraciones, tiene cohesión.
COHERENCIA Y COHESIÓN
Para que una serie de oraciones tenga sentido global, es decir, constituya un texto bien formado, debe tener un tema central; en otras palabras, debe existir una idea general que unifique la secuencia de oraciones. El tema central corresponde a lo que alguien contesta cuando le preguntan de qué se trata un libro, un artículo periodístico o una película.
Por lo general el tema central de un texto puede resumirse en unas pocas palabras. Para identificarlo, debes leer detenidamente y reflexionar sobre el contenido de lo que lees. Con frecuencia los textos poseen ciertas claves o detalles que pueden ayudarte a identificar el tema. Los títulos, por ejemplo, normalmente sintetizan el tema central de un texto dado.
Cuando una secuencia de oraciones (un párrafo, el capítulo de un libro, un texto completo) tiene un tema central, se dice que es globalmente coherente. Observa que la coherencia global es una propiedad que los textos comparten con otros fenómenos realizados por el ser humano. Muchas veces las palabras no son necesarias para captar la coherencia, como sucede, por ejemplo, con una historieta. La coherencia global se va construyendo poco a poco.
Los textos además de poseer coherencia global, presentan coherencia local. La coherencia local se establece entre una y otra oración o acción de la secuencia. A veces la relación de coherencia local se marca con un elemento gramatical que sirve de nexo o conector (por ejemplo: pues, porque, pero, etc.). En todo caso, no siempre es necesario emplear nexos: con frecuencia quien escucha se da cuenta inmediatamente de la relación entre las oraciones.
Mientras la coherencia es un fenómeno mental, la cohesión, es decir, la red de relaciones explícitas entre oraciones, es un fenómeno lingüístico. Existen diversos tipos de cohesión, entre ellos, el uso de conectores, la correferencia, y la pronominalización.
Los conectores son nexos que indican las relaciones entre las oraciones. Los conectores pueden explicitar distintos tipos de relaciones entre oraciones, como se sintetiza en el siguiente cuadro:
• Agregación o adición: y, e, también…
• Separación o alternativa: o, u, ya, bien…
• Restricción o limitación: pero, sin embargo, aunque, mas, no obstante…
• Oposición antonómica: por el contrario, en cambio…
• Oposición excluyente: sino, sino que…
• Causa, motivo o razón: porque, ya que, pues, puesto que…
• Efecto o consecuencia: por lo tanto, por consiguiente, luego, por tanto...
• Condición: si, siempre que con tal que
• Objeción o dificultad: aunque, a pesar de…
• Finalidad o meta: para, a fin de que…
• Tiempo: cuando, finalmente, después, en cuanto, hasta que…
• Espacio: en el medio, en el fondo…
• Comparación: como, más…que, menos…que, tan(to)…como…
• Continuación o énfasis: además, incluso, así pues…
• Ejemplificación o aclaración: por ejemplo, es decir…
La correferencia consiste en la repetición de los personajes, las ideas, los procesos o los lugares a lo largo de un texto. Al referirnos varias veces a un elemento a lo largo del texto, debemos evitar repetir constantemente las mismas palabras. La pobreza léxica, o sea, el uso de un vocabulario restringido en el texto, vuelve a éste aburrido y monótono. El empleo de diversas palabras y frases para referirnos a un mismo elemento puede servirnos para caracterizarlo mejor y más detalladamente.
La pronominalización consiste en el uso de pronombres en el texto y es otro recurso para evitar la repetición. Los pronombres son palabras que sustituyen a otras unidades lingüísticas (palabras o frases) y asumen su significado.