miércoles, mayo 07, 2008




DÍA DEL TRABAJO



Por Daniel Acevedo




Trabajamos por un ideal humano, propio solamente de nuestra especie, que se transforma en irrepetible e invaluable cuando al trabajo cotidiano lo mezclamos con amor.

Cuando a lo cotidiano le ponemos pasión, el trabajo se transforma en una expresión de nosotros mismos, un reflejo de nuestro carácter, una imagen de nuestra personalidad.

Dentro de una comunidad escolar, como en el Colegio Winterhill, nuestra obligación es nunca olvidar que trabajamos con la materia prima más importante y sensible del planeta, la materia prima que guiará los futuros pasos de nuestra sociedad.

Como trabajadores de esta comunidad escolar debemos ser conscientes de lo fundamental de nuestra labor, porque a diferencia de otro trabajo, en una comunidad escolar todos enseñamos con nuestro ejemplo. En la manera de relacionarnos, en el cariño que expresamos, en el respeto por el trabajo de nuestros compañeros, mostramos el futuro que les espera a nuestros alumnos.

El fin de la educación, y en realidad, el fin de la vida, es trabajar con alegría y hallar la felicidad, lo que quiere decir, interesarse por la vida. Nuestro trabajo, por tanto, consiste en educar niños para que lleguen a ser felices, hombres y mujeres cuyos valores no sean sólo TENER MUCHO, NI USAR MUCHO, sino SER MUCHO.

Es distinto exigir el pleno desarrollo humano, que sólo buscar éxito en esta sociedad de mercado.


¡Feliz Día del TRABAJADOR!