domingo, marzo 18, 2007


TENGO MIEDO TORERO
Pedro Lemebel

“Complejo, inédito en el medio nacional, delirante y audaz” –dice uno de sus críticos-, Pedro Lemebel desafía todo intento catalogador. “Irónico, sarcástico, salvajemente paródico, cursi, relamido, retorcido y, además, tierno, divertido y siempre intenso, abrumadoramente lírico”, este escritor dirige su mirada a un universo poco o mal explorado entre nosotros: “la identidad homosexual, la alternativa travesti y sus complejidades”, temas asociados invariablemente en lo suyo a las realidades nacionales más profundas de nuestra vida cultural, social y política.

Tras su dilatado y cada vez más apreciado tránsito por la crónica, Lemebel pasa ahora a la novela. Una historia de amor en el Santiago del 86, el año del atentado a Pinochet. Un muchacho del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que va a participar en la acción, vive una relación sentimental con un gay, que lo apoya, sin saber-sabiéndolo, en sus planes políticos. Estos fracasan y la ligazón se frustra. El escenario es exactamente el del año que pudo ser decisivo pero no lo fue: las protestas, los neumáticos humeando en las calles de la capital, los apagones; el repiqueteo a menudo angustioso del “Diario de Cooperativa”; los boleros, rancheras y baladas de la época; Pinochet lidiando en la intimidad con sus fantasmas y sus pesadillas, y con una Lucía encaprichada con los últimos modelos de Nina Ricci; y la loca del Frente, protagonista y testigo, personaje carnavalesco entrañable, puente entre los sueños y la desdicha.

Tengo miedo torero es el verso de una antigua canción que interpretaba Sara Montiel. Sus palabras sugieren, más allá de “su densa teatralidad” y sus ecos melancólicos, la interioridad recóndita de un país que según lo define Lemebel, “sueña muy poco, sueña a crédito, no sueña lo imposible”. Es, por lo demás, una novela que hará historia en nuestra literatura.